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Un juez anula la sanción disciplinaria a un celador que se negó a trasladar a un paciente si no le daban una FFP2 en el hospital Donostia

¿Cuánto dinero puede costar un juicio? Si se cuentan sólo los honorarios de abogados, esto es las costas del proceso, o los sueldos del juez y los funcionarios, hablamos de miles de euros. En este caso, además, se paralizaron las máquinas que realizan resonancias magnéticas en el hospital Donostia porque los técnicos acudían como testigos a la vista oral. Y todo por una mascarilla que, adquirida en lotes masivos como hace Osakidetza, puede valer unos céntimos de euro. «Hemos ido a juicio por una cantidad irrisoria. A la empresa le ha salido a doblón, bueno a los ciudadanos porque es dinero público», protesta el afectado. «Me han tenido a mí y a toda mi familia siete meses pendiendo de un hilo», se queja.

El demandante, celador desde hace 21 años de Osatek, la empresa que realiza resonancias magnéticas y otras pruebas, en los centros de Osakidetza, acudió al hospital Donostia como cada día, el 20 de abril de 2020. Aún no había pasado ni un mes desde que se decretara el estado de alarma. Los sanitarios tenían serias dificultades para protegerse y, aunque empezaban a llegar más EPIs, había habido una escasez tal que tuvieron que recurrir a bolsas de basura.

Aquel día le encargaron trasladar a un enfermo. No se sabía si podía estar contagiado ni si procedía de una ‘zona sucia’ del centro hospitalario. «Los celadores no guardamos la distancia porque estamos muy encima de los pacientes. Tenemos que tumbarles en la camilla…», explica. Sabedor de que el día anterior el plan de contingencia de la empresa había apuntado la necesidad de que los empleados utilizaran una mascarilla FFP2, con más nivel de protección que la quirúrgica, y de que en Álava y en Bizkaia se estaba repartiendo ya a sus compañeros, pidió una a su superior y éste se la negó. El asistente se plantó y dijo que no iba a realizar el servicio sin esa protección.

Tras consultar con la gerencia, los jefes mantuvieron su «imposición» y le amenazaron con abrirle un expediente, como así hicieron. Concluyó el 6 de noviembre de ese año con una sanción por falta leve de apercibimiento y otra grave de suspensión de siete días sin empleo ni sueldo. El trabajador, asistido por el bufete bilbaíno Marcos abogados, recurrió la decisión que consideraba injusta. «Lo pasé muy mal». «El primero que tiene que estar seguro como sanitario soy yo. Y además soy padre de familia y vivimos con personas mayores. No hice nada malo, sólo defenderme», se justifica. «Ese riesgo se eliminaba con una mascarilla FFP2. No pedía una para todos los días, que podían pensar que era un despilfarro, sino una para toda la semana».

«El incumplimiento estaba plenamente justificado para preservar su salud», concluye la sentencia
NO HUBO DESOBEDIENCIA

«Riesgo 3»

Pues bien, el titular del juzgado de lo Social número 11 de Bilbao acaba de anular la sanción disciplinaria porque entiende que el incumplimiento estaba «plenamente justificado» al ser considerado su puesto de trabajo como de «riesgo 3». El magistrado recuerda que el empleado no había recibido hasta ese momento ninguna formación sobre coronavirus y que al día siguiente sí trasladó a pacientes Covid.

«No estamos ante una desobediencia intencionada por el motivo de atentar contra el principio de autoridad sino ante una petición justificada por el legítimo interés del demandante en preservar su salud en un momento en que se desconocían los vehículos de contagio de esta enfermedad considerada muy grave». «Lo razonable hubiera sido suministrar la mascarilla porque disponían de ellas», reprocha.

Aunque el juez entra al fondo de la cuestión, también advierte de que las infracciones están prescritas, ya que la sanción se impuso más de dos meses después de los hechos. Y las considera excesivas al carecer el empleado de antecedentes. En todo caso, lo correcto, según el fallo, habría sido imponer el castigo mínimo de un día de suspensión. No obstante, el juez declara la nulidad del expediente y revoca ambas sanciones.

 


Ainhoa de las Heras

Redactora Ciudadanos

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